Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas  es una novela de fantasía escrita por el matemático, lógico, fotógrafo y escritor británico Charles Lutwidge Dodgson, bajo el seudónimo de Lewis Carroll , publicada por primera vez en 1865. Es la novela inglesa más traducida , disponible en 174 idiomas y 7.600 ediciones.

Grabado antiguo de Lewis Carroll (Charles Lutwidge Dodgson), autor de Alicia en el país de las maravillas, 49 años

 Uno de los secretos profundos de la vida

es que todo lo que realmente vale la pena hacer

es lo que hacemos por los demás.”

Lewis Carrol, 1865

En la edición de 1876,Lewis Carroll, incluye un texto, poco conocido, de saludo a los niños con motivo de la Pascua.

Aquí la comparación para que la conozcan, justamente en esta Pascua de 2022.

Querido Niño:

Si puedes imaginar que estás leyendo una carta real de un amigo real a quien ha podido ver, cuya voz puedes imaginar que escuchas y que quiere, como yo ahora lo deseo con todo mi corazón, que disfrutes unas felices Pascuas.

¿Has experimentado esa fascinante y mágica sensación cuando uno se despierta una mañana de verano, deleitándose con el gorjear de los pájaros y sintiendo la fresca brisa que se filtra por la ventana: y cuando aun tendido en la cama perezosamente, con los ojos entreabiertos, uno ve como en un sueño, las verdes ramas mecidas por el viento o las aguas espejeando bajo una luz dorada? Se experimenta un encanto cercano a la melancolía que hace que nuestros ojos se inunden de lágrimas, como si viéramos una pintura fastuosa o escucháramos un poema armonioso. ¿Y no es la amorosa mano de una madre la que corre las cortinas, y no es la delicada voz de una madre la que te invita a abandonar la cama?A abandonar la cama ya olvidar, al conjuro de la radiante luz, los grotescos sueños que te aterraron tanto cuando todo estaba oscuro a tu alrededor;

¿Son estas extrañas palabras del escritor de cuentos tales como “Alicia”? ¿Y acaso no es esta una carta demasiado curiosa para que se encuentre en un libro tan desatinado? Puede ser. Tal vez algunos puedan acusarme de combinar de esta manera cosas solemnes y alegres; otros a lo mejor sonreirán y pensarán que es muy extraño que alguien pueda hablar de cosas solemnes, salvo en la iglesia y en un domingo. Sin embargo, creo… ¡no!… tengo la certeza, de que muchos niños leerán esto con deleite y amor, y con el mismo ánimo con que fue escrito.

Por que no creo que Dios quiera que dividamos la vida en dos mitades: mostrar una cara seria los domingos, y creer que es inconveniente mencionarlo cualquier otro día de la semana. ¿Crees que sólo le satisface ver a personas de rodillas y sólo le deleita escuchar el murmullo de las plegarias, y que no es de su agrado ver a los corderos brincar bajo el sol, y escuchar las voces radiantes de los niños cuando brincan entre el ¿Hola? Es verdad que su risa inocente es tan grata a sus oídos como el mas sublime versículo que jamás haya salido de la “amortiguada luz religiosa” de alguna fastuosa catedral.

Y si yo he escrito que se pueda añadir a ese acopio de diversiones inocentes y saludables que se atesoran en los libros para los niños a quienes adoro tanto, será esto algo que espero contemplar sin pena ni dolor (¡pues cuánto recordaré la vida entonces! ) cuando llegue mi turno de caminar por el valle de las sombras.

Este sol de Pascua se elevará sobre ti, apreciado niño, ofrendando vida a cada parte de tu cuerpo, ávido de arrojarse hacia el fresco aire de la mañana -y muchos días de Pascua vendrán y pasarán antes que uno te encuentre lánguido y con el cabello plateado, andando penosamente para calentarte al sol una vez más, pero es adecuado, incluso ahora, pensar algunas veces en aquella maravillosa mañana, cuando “el sol de justicia ha de alzarse llevando en sus alas la salvación”.

Por supuesto que tu júbilo no tiene por qué amenguar con el pensamiento de que un día contemplarás un amanecer más radiante que éste, cuando tus ojos se regodeen con paisajes más bellos que los árboles que se mecen oa las aguas que rielan; cuando manos de ángeles corran tus cortinas, y canciones más armoniosas que las de cualquier madre cariñosa te despierten en un nuevo y celestial día, y cuando todas las tristezas y el pecado, que ensombrecen la vida en este pequeño mundo, sean olvidadas como los sueños de una noche que ya pasó.

Tu cariñoso amigo
Lewis Carroll
Pascua de 1876

Un grabado del Conejo Blanco tomado de una impresión original de 1866 de “Alice’s Adventures in Wonderland” escrita por Lewis Carroll e ilustrada por John Tenniel.

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